17 octubre 2018

El Templo Yuantong de Kunming

Nos trasladamos a Kunming, capital de la provincia de Yunnan, para visitar el famoso Templo Yuantong. Se trata del templo budista más grande de la capital y, además, es conocido por ser la Sede la Comunidad Budista en la provincia. 

Lo que no sabíamos era que allí, a parte de un rincón digno de visitar en esta ciudad, nos esperaba una grata sorpresa...




El templo Yuantong, aún habitado por monjes es famoso por ser un activo punto de peregrinaje, sobre todo en ocasiones especiales y festividades budistas. El lugar es una especie de remanso de paz en medio del alboroto de la ciudad, pero en estas ocasiones especiales (como tuvimos la oportunidad de comprobar) el área se decora con coloridas banderas de plegaria y el lugar se llena de gente y de un agradable bullicio.

En los años 50, tuvo lugar en el templo una ceremonia muy especial. Y es que, durante unos días, el lugar albergó una de las famosas reliquias dentales de Buda que están repartidas por diferentes países asiáticos. Finalmente el diente no se quedó ahí, pero sí la anécdota, que aumentó el prestigio del lugar, llegando este hasta nuestros días.



Normalmente la estructura de estos templos sigue un patrón según el cual la parte delantera del templo, lo que sería la entrada, debe estar más baja que la parte del fondo, que se encuentra en un terreno elevado. Por eso, si habéis visitado otros templos en China, os llamará la atención que la estructura de este es una excepción.

El hecho de entrar y tener que descender en lugar de ascender para llegar al templo me resultó curioso, ya que es el primer templo con esta peculiaridad que he visitado en China. Es algo muy poco común y añade singularidad a este lugar. 

Este rasgo se debe en parte a que el templo se sitúa en una depresión natural, una zona protegida, a los pies de la colina Yuantong. En la zona trasera, podemos encontrar escaleras que se elevan por la ladera de la colina y que nos guiarán por una serie de recovecos misteriosos y zonas de cuevas que, según se cuenta, hubo una época en la que fueron habitadas por dragones. Hoy, como mucho, encontramos lagartijas o pececillos naranjas en sus fuentes.

Entrada al área. Al fondo, en la zona más baja, el templo.
Uno de los misteriosos rincones en la ladera.

Los orígenes del templo se remontan a hace más de 1200 años, aunque con el tiempo su estructura ha ido cambiando y su área se ha ido expandiendo. Sin ir más lejos, hace unos años recibieron una donación desde Tailandia que se aprovechó para realizar ampliaciones. Sin embargo, la mayor restauración del templo tuvo lugar durante la Dinastía Qing, que supo mantener el espíritu y el estilo original del lugar con unas restauraciones arquitectónicas muy acertadas.

Tanto las zonas antiguas del templo como las nuevas son una preciosidad. Destaca sobre todo ese puente que atraviesa el estanque, sobre el que se sitúa un bonito y distintivo pabellón de planta octogonal. El estanque, lleno de nenúfares blancos y rosas, está rodeado por diferentes pabellones y corredores cubiertos por los que se puede deambular. Además, los edificios del área cuentan con una colorida ornamentación y una maravilla de frescos, algunos de los cuales datan del siglo XIII. Por no hablar de todos esos pequeños detalles que siempre nos seducen a los que llegamos de fuera.



Ampliación realizada con fondos tailandeses.


Detalles del templo Yuantong.


Nuestra anécdota en el lugar:

Visitamos el templo el primer día del séptimo mes lunar, es decir, cuando comienza en China el conocido como "Mes Fantasma". Se trata de una época en la que se cree que los muertos visitan el mundo de los vivos, por eso durante esta época se realizan todo tipo de ofrendas a los ancestros. Esto fue lo que nos encontramos en el Templo Yuantong, un montón de creyentes que habían acudido al templo para realizar las ofrendas y oraciones pertinentes el primer día del mes. 

Al acceder al área nos obsequiaron con tres barritas de incienso y una vela roja para que los prendiéramos en los quemadores que había más abajo, algo que suele hacerse en fechas especiales como en la que nos encontrábamos. 

Los altares se iban llenando de comida y ofrendas, el olor a incienso lo impregnaba todo y los mayores iniciaban en estos ritos a los más pequeños. De fondo, procedente del interior de alguno de los pabellones, se escuchaban las voces de los monjes orando.

Oraciones y ofrendas.
Sobre las 11 se organizó una comida gratuita para todos los visitantes y un grupo de sonrientes viejecitos nos invitó con toda su amabilidad y entusiasmo a que nos uniéramos al festín. Como no teníamos mejor plan que ese, aceptamos y nos sentamos a comer y a probar todo lo que nos ofrecían. 

Fue algo del todo inesperado, y la sorpresa nos alegró el día. Comimos con calma, disfrutando del buen ambiente festivo y posando para las muchas fotos que nos sacaba la gente (como siempre, los extranjeros éramos la atracción del lugar). Nosotros también aprovechamos para sacar fotos, claro está ;)



¡Hora de comer!

3 comentarios:

  1. Me encantó tu post!!
    Es un lugar hermoso y las fotos son impactantes. Además es muy interesante conocer un poco más de la historia del lugar y saber que aú al día de hoy los monjes siguen viviendo allí.

    ¡Te mando un abrazo grande y nos leemos!

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    1. Muchas gracias :) Me encantó el lugar, sobre todo por la suerte que tuvimos de visitarlo en un día festivo, con tan buen ambiente.
      ¡Un saludo y gracias por tu comentario!

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  2. La llamada a la oración en los países árabes es algo que siempre me deja hipnotizada y con la piel de gallina. Supongo que escuchar las voces de los monjes orando producirá el mismo efecto en mí...

    --Comentario publicado en Facebook--

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