Yangshuo, de la poesía al desmadre turístico.

La última vez que visité Yanshuo escribí una entrada fascinada por el lugar  y la poesía que desprendía cada rincón. Este verano, volví a visitar la zona arrastrada por el buen recuerdo que mantenía de ella. Sin embargo, la impresión que me he llevado esta vez ha sido muy, pero que muy diferente...

En cuestión de 4 años Yangshuo ha cambiado a ese ritmo frenético al que cambian las cosas en China y ha pasado de ser un lugar cautivador a ser un desmadre turístico con encanto nulo. Tan grande ha sido el cambio que me costaba reconocer lugares que había recorrido durante varios días cuando estuve allí. ¿Era realmente aquello Yangshuo? 

Una de las muchas tiendas iguales que hay en Yangshuo.

Cuando visité Yangshuo por primera vez, me pareció un lugar enfocado al turismo y con bastante ambiente, pero para nada incómodo. Era una pequeña ciudad de calles agradables con puestos callejeros donde comprar fruta o charlar con los locales, pero se ha convertido en un show para atraer y atrapar al turista chino en cada rincón. Y utilizo la palabra show, porque realmente es la sensación que me ha dado pasear por Yangshuo durante los días que he pasado allí. Una sensación de que nada de lo que me rodeaba era de verdad, de que todo estaba preparado para esas masas de gente que nos acompañaban. Un lugar que desprende impersonalidad: tiendas de regalos (todas iguales) con reclamos de todo tipo en sus puertas, supuestos artesanos en las entradas de los comercios haciendo como que fabricaban ellos mismos lo que allí se vendía, bares de música con precios desorbitados y discotecas con gogós en bikini que bailaban subidas a taconazos en los escaparates. Y policía, mucha policía que cada noche desfilaba por el lugar para tener ese ambientazo bajo control.

Yangshuo está irreconocible, con esos aires de marcha interminable y nuevas zonas comerciales para ricos, con espectáculos que invitaban al consumo a cada paso y con luces, música, ruido y gente, como en las ferias o en las noches temáticas de los cruceros. 

Escenas de la vida nocturna en Yangshuo.

Por suerte, eso solo es en Yangshuo ciudad, los alrededores permanecen intactos, con sus paisajes que parecen sacados de otro planeta y con el río Li serpenteando por la región. La epidemia turística se expandirá como se está expandiendo por todo el país, pero, mientras tanto, se pueden seguir encontrando lugares en los que disfrutar de verdad de la China "de verdad".

Nosotros encontramos algo de esa tranquilidad que buscábamos en Xingping, un pueblecito cercano donde se tienen las mejores vistas del río y donde se mantiene algo más esa autenticidad que Yangshuo ya ha perdido del todo. Xingping es un lugar antiguo, con cerca de 1000 años de historia y eso se puede apreciar en sus calles grises de suelos y fachadas empedradas. Allí sí que se respiran la historia y la tradición, pero —como en otros muchos lugares del país que visitamos— uno las respira con cuidado, temiendo que si se hace demasiado fuerte Xingping acabe convirtiéndose en otro desagradable caldero de turistas descontrolados. 

No dejéis de visitar Yucun, el diminuto pueblo pesquero del que os hablo en esta otra entrada.

Las preciosísimas vistas que ofrece la zona.

Así como en aquella entrada que escribí hace ya unos años recomendaba encarecidamente ir a Yangshuo, ahora os recomiendo no ir. Si queréis disfrutar de la belleza de la zona podéis encontrar alojamientos en lugares menos concurridos y "contaminados" que se encuentran a pocos kilómetros de allí. Y si no os queda más remedio que alojaros en Yangshuo, coged una bici y huid de allí. Recorred los alrededores, pasead por la ribera del río, pagad por una de esas barcas de bambú que os permitan disfrutar de la belleza del entorno. Y, sobre todo, evitad ir en verano porque en esta época aquello es una locura.

Ahora bien, si lo que queréis son unos días de diversión y fiesta con los amigos en una especie de parque temático o buscáis el lugar ideal para vuestra despedida de soletros, no lo dudéis: Yangshuo es vuestro lugar.

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Así viví Yangshuo la primera vez que fui: Yangshuo, un lugar hecho de poesía.