21 agosto 2016

China en Río: sonrisas y lágrimas.

26 oros, 18 platas y otros 26 bronces son las medallas olímpicas obtenidas este año por China. Un total de 70 medallas. Se dice que los resultados han sido bastante decepcionantes para el país asiático o, al menos, eso es lo que da a entender el gobierno, que ya se ha encargado de censurar noticias sobre los fracasos invitando a los medios a ser más patrióticos.

No soy ninguna experta en los Juegos Olímpicos, pero eso de 70 medallas me sonaba a muchas, por lo que me picó la curiosidad por saber cuántas habían ganado en los juegos anteriores. Lo cierto es que el resultado de este año no está nada mal y solo queda superado por la edición del 2008 en Beijing (con 100 medallas) y la del 2012 en Londres (con 88). Por lo que no creo que haya sido un año tan terrible como lo pintan; solo se ha pegado un ligero bajón en el medallero.

Pero entonces, ¿por qué se lo han tomado tan mal? 



Si hay algo que aprendí sobre este país durante el tiempo que pasé en él, es que allí todo se convierte en una competición. En la universidad no paraban de apuntarnos a concursos y competiciones y, sobre todo, no dejaban de insistir en que teníamos que esforzarnos para quedar en una buena posición. Concursos de fotografía, competiciones deportivas, concursos de cocina, baile, canto... Todo era una buena excusa para ganar un premio y demostrar que en nuestra universidad eramos mejores que en las otras con las que competíamos. Eso de “lo importante es participar” no es un concepto que tengan demasiado arraigado en esta cultura, ya que si no quedas el primero (si no ganas el oro), pasas desapercibido y eso no mola.

Como muestra está este vídeo de las Olimpiadas del 2012 en el que tras recoger la medalla de plata, Wu Jingbiao aparece destrozado por no haber podido conseguir el oro y, por ello, ser una vergüenza para su país.



Sin embargo, como muchos de los que hemos vivido en esas lejanas tierras de oriente nos consideramos ya medio chinos, nos enorgullecemos de sus victorias tanto como de las nuestras, ya sean estas de oro, de plata o de bronce.

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Lo que sin duda han dejado los juegos de este año son anécdotas para dar y regalar, unas buenas, otras no tanto. Aquí va un resumen de las más sonadas:

El oro más joven de Río.
La clavadista Ren Qian, con tan solo 15 años, se ha convertido en la medalla de oro más joven de las Olimpiadas. La plata la consiguió su compatriota Si Yajie, de 17 años.

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Primer fracaso en gimnasia.
Por primera vez desde 1984, el equipo chino de gimnasia ha conseguido platas y bronces, pero se ha quedado sin oros. Según dijo el presidente de la Federación Internacional de Gimnasia, el problema es que sus ejercicios fueron “demasiado robóticos” y por eso prefirieron dar el oro a los japoneses. 
Para compensar, hay que decir que es la primera vez que China gana una medalla en otros deportes. La golfista Feng se hizo por primera vez con una medalla de bronce, que a pesar de no ser la más brillante, supone un gran logro para ella y para el país al que representa. 
China ganó también por primera vez una medalla de oro en ciclismo de pista, donde Gong Jinjie y Zhong Tianshi batieron el récord de velocidad por equipos. 


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Los cascos artísticos del equipo de ciclismo.
Y hablando de ciclismo... El equipo ciclista chino lució estos originales cascos rojos con personajes y máscaras de la ópera tradicional que causaron furor por todo el mundo. Las dos ganadoras se protegían con el casco de dos guerreras chinas, la famosa Mulan y la legendaria heroína Mu Guiying.

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El romance.
La clavadista Hezi recibió una medalla de plata en la final de trampolín de tres metros. Pero su sorpresa no terminó ahí, ya que pocos minutos después el también clavadista Qin Kai se arrodilló frente a ella, anillo y rosa en mano. Para los cotillas: ella aceptó.

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Los reyes del tenis de mesa.
El equipo chino de tenis de mesa se ha llevado no una ni dos medallas de oro, sino cuatro. No cabe duda, a pesar de haber sido inventado por los ingleses, el pingpong está hecho para los chinos. Un dato curioso: en las Olimpiadas de Río ha habido 44 jugadores chinos de tenis de mesa, a pesar de que solo 6 jugaban para su país de origen.

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Mejor prevenir que curar.
Las gimnastas chinas llegaron a Río cargadas de unas mosquiteras gigantes que colocaron sobre sus camas para no infectarse de zika mientras dormían. Una idea genial que compartieron con sus seguidores en las redes sociales.




Récords mundiales.
Durante estos juegos, China ha batido 10 récords mundiales, entre ellos el de rifle de aire, pistola de aire, levantamiento de pesas, tiro al plato y el ya mencionado ciclismo de pista. 

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Sobre dopajes.
La nadadora Chen Xinyi, de tan solo 18 años, ha sido una de las descalificadas por dopaje durante estas Olimpiadas. Al parecer dio positivo en diurético hidroclorotiazida, utilizado para cubrir el rastro de sustancias que mejoran el rendimiento.
Sobre el mismo tema, el australiano Mack Horton dio mucho que hablar... El nadador acusó a su rival chino, Sun Yang, de ser un “tramposo que se dopa”. Sun Yang no es de los deportistas más santos del país, ya que ha sido el protagonista de multitud de polémicas durante los últimos años, incluido el dopaje. Sin embargo, todo apunta a que en estas Olimpiadas estaba limpio, por lo que las acusaciones del australiano no fueron demasiado bien recibidas en el gigante asiático.

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Historias de superación.
Detrás  de cada deportista hay todo un mundo. Durante estos juegos hemos conocido las historias personales de muchos de ellos pero, sin lugar a dudas, una de las que más nos ha tocado el corazón es la de la gimnasta Shang Chunsong. A sus veinte años de edad, aparenta apenas 15 debido a la malnutrición que sufrió de pequeña. Nació y creció en una de las áreas más pobres de China y durante toda su vida cuidó de su hermano ciego, al que sus padres no podían pagar el tratamiento que necesitaba. Para ella, haber llegado a los Juegos Olímpicos es todo un orgullo y, aunque por muy, muy poco se quedó sin el bronce, nos consta que se ha esforzado como nadie para alcanzar su sueño.


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La medicina tradicional china causa sensación.
Seguro que todos os habréis fijado en que muchos deportistas lucían unos extraños hematomas circulares. No, nadie ha pegado a nadie. Se trata de marcas de ventosaterapia, una terapia utilizada desde tiempos remotos en China. La técnica consiste en colocar vasos calientes sobre el cuerpo a modo de ventosa con el fin de mejorar la circulación sanguínea y eliminar ciertas dolencias. A mí, solo de pensarlo, me da un poco de repelús, pero los deportistas aseguran que el método funciona de maravilla.

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Sobre gritos y lesiones.
También dio mucho que hablar el partido de bádminton entre la española Carolina Marín y la china Li Xuerui. Carolina desveló que lanzaba gritos durante el partido para intimidar a sus rivales y que sabía que esto afectaba especialmente a las chinas. Los chinos no quedaron demasiado contentos al escuchar esta afirmación.
La polémica continuó cuando Li Xuerui se lesionó y Marín no dudó en alegar que la supuesta lesión de su rival no era más que una estrategia. Parece ser que la lesión de la deportista china fue bastante grave y tenía poco de cuento, por lo que los chinos tampoco quedaron contentos con estas palabras.
A pesar de todo, gracias a su excelente juego, la española también ha ganado muchos admiradores en el país asiático.




La gran estrella.
Y, por supuesto, no podía cerrar este post sin hacer referencia a la que se ha convertido en la gran estrella de las Olimpiadas. Me refiero a la nadadora Fu Yuanhui, que con su espontaneidad ha conquistado ya a medio mundo. Todo comenzó con una entrevista donde la joven era informada de que había conseguido un resultado mejor del que se esperaba. Sus hiperexpresivos gestos y su honestidad al responder las preguntas de la periodista hicieron que el vídeo se convirtiese en viral.



Pero ahí no termina la cosa. Resulta que tras perder el oro en los 100 metros espalda, Yuanhui rompió uno de los grandes tabús de China: la menstruación. La nadadora admitió sin tapujos que aquel día se sentía agotada porque tenía la regla, pero que no era una excusa, simplemente no había nadado bien y por ello pedía disculpas a sus compañeras de equipo. Como he dicho, en su país, el tema de la menstruación es totalmente tabú y aún está rodeado de muchos mitos provocados por el desconocimiento. Eso de que en una entrevista de televisión se trate el asunto de forma tan normalizada como lo hizo Yuanhui es algo de lo más revolucionario, de ahí el revuelo que ha causado.

Fu Yuanhui cuenta ahora con multitud de memes, gifs, vídeos de imitadores y, sobre todo, muchos fans que adoran su sencillez y naturalidad.


"Quiero a alguien que me mire de la misma forma que
Fu Yuanhui mira a una medalla de bronce".



2 comentarios:

  1. Un post mágico y entrañable. Me alegro por el medallero chino, por supuesto que sobre todo de circunstancias propias como la victoria de Carolina Marín, pero si hay algo que admiro es la disciplina y el trabajo duro en casos como las Olimpiadas. Si han tenido 70 medallas es sin duda porque se lo merecían.
    La información me ha interesado mucho, he seguido los juegos de Río y las anécdotas han resultado ser muy entretenidas, algunas muy simpáticas.
    Un placer leerte.
    Abrazos

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