24 octubre 2016

Descubriendo Yunnan: 10 preguntas para Carlos Cuevas


A finales de verano, Carlos Cuevas Sirera contactó conmigo contándome que planeaba hacer un viaje a China junto a su familia, con la que desde hace ya años viaja por el mundo. 
Carlos, de 24 años, ha sentido fascinación por Asia desde bien pequeño y, especialmente, por la cultura China. Me comentó que siempre había querido visitar Hong Kong y Yunnan, y que estaba realmente emocionado porque, por fin, había conseguido convencer a su familia para hacer este viaje. 
Admite sentir un gran interés por las minorías étnicas y cuenta que desde los 16 años ha colaborado con la Fundación Casa del Tibet. A día de hoy asiste a un Máster sobre China en la Universidad Pompeu Fabra y confiesa que no se pierde ni una sola conferencia sobre el tema que tenga lugar en su ciudad.
Tras regresar de su viaje, publicó un relato sobre sus aventuras en viajarporlibre.net.
Hoy, Carlos nos cuenta con ilusión y en primera persona cómo resultó ser esta experiencia para él y su familia.






1. ¿Por qué elegisteis ir a Hong Kong y Yunnan?

El motivo de nuestro viaje a Yunnan era conocer la China rural y especialmente las minorías étnicas que hay en esa provincia. Pudimos ver a los Bai en la ciudad de Dali y en Lijiang a los Naxi. En esta zona también pudimos encontrar bastantes tibetanos ya que la antigua Ruta de la Seda pasaba por Yunnan acabando en la Región Autónoma del Tíbet.
Al tener que hacer escala para llegar a esta región decidimos hacerla en Hong Kong pues es la ciudad que queda cerca de su capital, Kunming, a unas 2 horas y media en avión, a través de un vuelo interno. No conocíamos Hong Kong pues en nuestro primer viaje a China estuvimos en Shanghai.
Sin duda es una metrópolis espectacular por los grandes rascacielos en medio de una exuberante naturaleza, ya que de los 1000 km2 solo el 25% está poblado y el 75% restante es pura vegetación tropical. Los hongkoneses tienen un gran parecido a los occidentales, y aunque el gobierno esta potenciando el crecimiento de Shanghái y Beijing, estas ciudades aun están a años luz de este pueblo completamente marcado por la colonización británica.

2. Me comentaste que queríais visitar lugares menos conocidos y menos turísticos, ¿lo conseguisteis? ¿Fue difícil?

En Yunnan hay muy pocos turistas occidentales, eso sí, muchísimos nacionales. De vez en cuando te encuentras algún extranjero occidental y “la tradición” es saludarse efusivamente.
Es una provincia en la que, debido a su buen tiempo y belleza, las parejas chinas aprovechan para hacerse las fotografías de su boda (incluso 1 año antes de la celebración, según nos contaron). También es el lugar preferido como luna de miel para jóvenes chinos de todo el país.
Aunque en Lijiang hay mucho turismo chino, si te alejas un poco puedes visitar pueblos completamente auténticos donde no hay masificaciones, como Basha .

Fotografía de Carlos Cuevas.

3. Por lo que cuentas en tu artículo de viajarporlibre.net parece que tuvisteis mucha suerte, que la gente fue muy amable con vosotros y que os resultó muy fácil moveros por allí. ¿Fue realmente así o tuvisteis también alguna experiencia negativa o complicada?

Lo único que tuvimos complicado fue el desconocimiento del idioma. El inglés tampoco ayuda, porque ni los jóvenes saben hablarlo y, quien dice saber, conoce sólo 4 palabras; pero con la ayuda de un mapa y un mini diccionario de chino mandarín y, sobre todo, por gestos nos hicimos entender.
Esta dificultad se hacía más patente cuando buscábamos a un taxista que hablase un poco ingles para hacer excursiones. Nos costó bastante encontrarlos. Pero con un poco de paciencia y sin enfadarnos por las diferencias culturales que aparecen en todo momento, no existe problema de ir por libre a esta región recóndita de China.


4. Como viajabais por vuestra cuenta, ¿tuvisteis alguna dificultad a la hora de organizar el viaje o algún problema de comunicación allí?

Organizar el viaje no fue sencillo porque queríamos ver muchas cosas y teníamos poco tiempo. Tuvimos que coger vuelos internos y después un taxi durante 3 horas de trayecto hasta llegar a las faldas del Himalaya, pero mereció la pena. Lo que hay que tener en cuenta es qué quieres ir a ver y las distancias entre un sitio y otro. Todo parece muy cerca pero en realidad no lo está, o las carreteras no son las esperadas.
Además, como decía, la mayor dificultad es el idioma; aunque la gente de allí enseguida pone su mejor voluntad para hacerse entender.

Fotografía de Carlos Cuevas.

5. ¿Qué consejo darías a alguien que quisiera hacer también por libre el viaje que habéis hecho vosotros?

Que lo organice con tiempo, que calcule bien las distancias y el tiempo del que dispone, y que reserve previamente los hoteles en los que desea alojarse porque, al ser un provincia grande y con turismo nacional, es algo complicado.

6. ¿Qué es lo que más te ha sorprendido de este viaje?

Lo que más me sorprendió y gustó fue el templo tibetano llamado Yufeng, que era un escuela de budismo a la vez que un hospicio. La gente con pocos recursos de la aldea manda allí a los niños, aunque no sean Budistas, para que les den una buena educación y manutención. Se respiraba mucha calma y parecía que estuvieses en el Techo del Mundo. Las montañas que se veían detrás eran ya el Tíbet. Fue una gran experiencia conocerlo.

7. De los lugares que visitasteis durante estos días, ¿cuál o cuáles son los que más te han gustado?

Los monasterios de Hong Kong también son muy interesantes. En medio de una ciudad y rodeado de moles de cemento puedes encontrar un monasterio budista en el que se respira calma y tranquilidad, como si la vida frenética que lo envuelve se hubiese detenido.
De Yunnan, en el pueblo de Dali, me encantó una casa tradicional de la etnia Bai donde nos recibieron con canciones tradicionales y vestidos con los trajes festivos del lugar. Toda esta pequeña ciudad amurallada es un encanto y en ella es fácil encontrar rincones donde perderse.

Fotografía de Carlos Cuevas.

8. ¿Alguna anécdota de esas que merecen la pena ser contadas?

Durante nuestra estancia en Kunmig deseamos cenar en una pizzería, pues ya estábamos algo cansados de la cocina China. No encontrábamos a nadie que fuera capaz de entendernos en inglés, hasta que topamos con una amable señora que llamó a su hija con su móvil, pues ella si lo chapurreaba algo. Pobrecilla, era sólo una niña que lo estaba aprendiendo en el cole, y gracias a ella y a su atenta madre llegamos a nuestro destino conectados a través del móvil.

9. ¿La experiencia ha cumplido con tus expectativas?

Sí ha cumplido mis expectativas, lástima que no hubiese visto ese Yunnan tan orientado al turismo interno, pero es un viaje que merece mucho la pena.

10. ¿Planeas hacer algún otro viaje a China en el futuro? Si es así, ¿cuál te gustaría que fuera el próximo destino?

Sí, mi sueño sería ir a ver la Región del Tíbet, pero debido a la situación política actual prefiero esperar. Yunnan antes era Tibet, me quedo con esta idea.

Otro viaje sería visitar la región del Xinjiang para ver la etnia Uigur, pero de momento sólo es un sueño que espero poder hacer realidad algún día.

Fotografía de Carlos Cuevas.


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