01 octubre 2016

Tiempos solares (cuento ilustrado)

Hace ya tiempo que descubrí la editorial Pastel de Luna y hace unos días, por fin, me decidí a comprar uno de sus libros. El afortunado ha sido Tiempos Solares, de la colección Lejano Oriente; un auténtico tesoro.




Aunque en principio esta enfocado para niños (no demasiado pequeños), creo que los adultos podemos disfrutarlo tanto o incluso más que ellos.
La temática del libro es muy original e interesante para aquellos que quieran conocer un poquito más a fondo esta cultura. Trata sobre el calendario lunar chino, debido al cual en este país el año se divide en 24 periodos o "tiempos solares".
Según la filosofía tradicional china, la naturaleza y el hombre son uno solo. Esto es en lo que se basa esta preciosa historia, que equipara los diferentes periodos climáticos del año a la rutina diaria de un niño, desde por la mañana (comienzo de la primavera) hasta por la noche (el invierno). El niño despierta, se despereza, se levanta, comienza a ponerse en marcha, juega, corre, aprende, se cansa, toma un baño y se retira a descansar hasta que, pasada la noche, su rutina vuelva a dar comienzo.
Para comprender ese vínculo entre naturaleza y hombre y sentir plenamente la historia, el libro nos invita a pensar en nosotros mismos como un ser de barro que se funde con la tierra. Los textos son extremadamente poéticos y destacan por su brevedad, sencillez y por sus hermosas metáforas. El estilo típicamente asiático, nos trae a la cabeza la poesía clásica china o incluso los haiku japoneses. 
El diseño del libro es muy sencillo, bañado en colores suaves, con unas ilustraciones muy sugerentes que rebosan belleza y delicadeza en cada trazo y nos recuerdan a las pinturas tradicionales de este país asiático. 
Como ya he mencionado, el cuento es una joya para niños, jóvenes y adultos. Sin embargo, creo que es especialmente ideal para leer junto a vuestros hijos o incluso para trabajar con él en la escuela, ya que se pueden aprender muchas cosas de él. Por un lado, descubrir que nuestra forma de entender la vida no es única e irrefutable; por otro lado, recordar que la naturaleza es un bien muy preciado, que somos parte de ella y que necesitamos de ella para sobrevivir, por lo que conviene cuidarla. El trasfondo es muy didáctico y puede dar lugar a charlas y actividades muy interesantes sobre diversidad y medio ambiente.
El autor, Xiong Liang, es uno de los ilustradores más valorados en la China actual y también ha conseguido ganarse la admiración de muchos críticos en el resto del mundo.

No es fácil encontrarlo en cualquier librería, pero podéis conseguirlo sin problemas a través de la página web de la editorial. Además, así podéis echar un vistazo a los otros cuentos de la colección, que tienen tan buena pinta como este.




Autor: Xiong Liang. Traducción: Tyra Díez. Año: 2015 Editorial: Pastel de Luna. Número de páginas: 40. Formato: tapa dura.

Descripción: El conocido artista e ilustrador Xiong Liang, utiliza una técnica de pintura tradicional china para explicarnos el concepto de los 24 periodos solares del calendario lunisolar chino: un precioso sistema de medición del tiempo presente en el corazón de su civilización, según el cual, el hombre es uno con la naturaleza.
Xiong Liang representa la tierra como un niño que siente los cambios de la naturaleza en su propia piel, pone a los lectores en el centro de la aventura para que experimenten y sientan el fluir de los tiempos solares.
Su amor por la pintura y por contar historias, su rica imaginación y su entusiasmo infantil, le valieron una nominación a los premios Hans Christian Andersen Awards de 2014.

Fragmento: "Criatura y Tierra son uno, antes de comenzar esta historia, olvídate de ti. Imaginémonos ser de barro, yaciendo en calma sobre la inmensa tierra, aguardando que los tiempos solares despierten nuestro cuerpo a los sentidos".




Ver la propuesta del mes del mes anterior: El camino a casa (película).

1 comentario:

  1. He tenido el placer de leerlo y he tenido el placer de disfrutarlo, porque cada pagina es lírica en toda su esencia. Transmite una gran paz y una enorme serenidad en sus ilustraciones. Es un cuento que puede solo leerse, y desde ese punto de vista puede parecer muy simple, pero si solamente lo lees te pierdes toda la sutileza que desprenden sus palabras y las sensaciones que evocan el paso del tiempo de sus ilustraciones. Por eso es recomendable disfrutarlo, sentirlo. Maravilloso para niños y adultos. A mi me ha encantado.

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