01 febrero 2018

Mitos sobre los chinos (Parte I)

Los españoles son, los rumanos son, los alemanes son, los chinos son... Así comienzan algunas frases que escuchamos a menudo y que agrupan a todo un pueblo bajo un mismo tejado. Parece que a veces nos olvidamos de que más allá de nuestra nacionalidad o lugar de origen, las personas somos eso: personas. Sentimos nuestra individualidad y no dudamos de ella en nuestro día a día, pero una y otra vez nos olvidamos de la individualidad de los demás. Los estereotipos y los prejuicios (no siempre negativos), opacan nuestra visión del mundo e interfieren a la hora de enfrentarnos a otras culturas y a otras formas de entender las cosas.
Hace un mes, dedicamos un programa de Radio Usal a hablar sobre los mitos que hay en España sobre los chinos, y llevaba un tiempo queriendo preparar una entrada para tratar algunos puntos que aquel día olvidamos o no tuvimos tiempo de tocar.
Sin más dilación, comienzo esta “saga” hablando sobre dos prejuicios negativos que tenemos sobre los chinos; tal vez de los más extendidos y de los que más afectan a la comunidad china que vive en el extranjero...




1. SERIOS, CERRADOS, INTROVERTIDOS, FRÍOS, TRANQUILOS...

Os propongo un ejercicio de imaginación. Imagina que por algún motivo tienes que irte a China (trabajo, estudios o simplemente por placer). Llevas un tiempo preparándote para el viaje y te has puesto a aprender chino para poder sobrevivir allí. En un año has conseguido un nivel con el que piensas que podrás manejarte en el día a día y charlar de forma básica con la gente (eso es lo que asegura la contraportada de tu libro de texto). Pero llegas allí, y te das cuenta de que todo el mundo habla muy deprisa, con acentos que nada se parecen a los que oías en tus CDs didácticos. La gente con la que intentas interactuar utiliza continuamente expresiones coloquiales que no venían en tus libros y, cuando intentas pronunciar las palabras y los tonos con corrección, nadie te entiende, por muchas veces que lo repitas. Te sientes un poco frustrado y, desde luego, la inseguridad se ha apoderado de ti desde el primer minuto. Ahora, cuando te hablan te limitas a responder con unas pocas palabras o a sonreír con timidez y algo de vergüenza. Y, si te paras a pensar en cómo te deben estar viendo los demás, te das cuenta de que la imagen que estás proyectando de ti mismo no tiene nada que ver con tu verdadero yo, que tu personalidad ha quedado totalmente nublada por esa limitación lingüística, por ese freno que supone el no poder entenderse o hacerse entender en un país extranjero.

Creo que con esto resumo muy bien por qué pensamos que los chinos son cerrados, introvertidos, tranquilos, por qué parece que no quieren darse a conocer. No, no es que sean bordes, secos, serios o tengan algo que ocultar. Es que, simplemente, no pueden expresarse con la misma facilidad con la que puedes expresarte tú en español y eso, igual que sucedía con tu yo imaginario que viajaba a China, hace que parezca que no son quienes realmente son.


Uno de los memes más usados de internet
es el de un chino (Yaoming, jugador
de baloncesto) partiéndose de risa. Para

que luego hablen de seriedad... :P
Cuando llegué a China, una amiga de allí me recogió en el aeropuerto y me acompañó durante las primeras horas, por lo que el comienzo de la experiencia fue fácil. Pero recuerdo a la perfección el momento en el que por primera vez tuve que enfrentarme yo sola a una conversación en chino. Fue en el comedor de la universidad. Me acerqué a uno de los puestos a pedir algo de comer y la señora que me atendió empezó a preguntar sobre mí, que de dónde era, que qué hacía allí... Creo que fui capaz de comprender y responder al 20% de la conversación, el otro 80% de mi interacción con la ella se basó en un intercambio de sonrisas. Y, a pesar de ello, la señora no me hizo sentir incómoda en ningún momento y se mostró amable en extremo hasta que me marché, explicándome el menú con imágenes e intentando entenderme. Desde entonces, pienso: lo más probable es que aquella mujer no hubiera salido jamás de China y, aún así, supo comprender cómo debía sentirme yo en aquel momento, fue capaz de hacerme sentir cómoda en una situación que, de otra manera, no lo habría sido. Sin embargo, muchos españoles, acostumbrados a estar en contacto con otras culturas y a salir al extranjero, aunque sea de vacaciones, no son capaces de ponerse en el lugar de todos esos chinos que llegan a nuestro país a viajar, a estudiar o a trabajar. ¿Cómo es posible? 


Me pareció tan bonito el gesto de esta mujer, que (como pude) le pedí una foto para recordar el momento.


Siempre lo digo: el español y el chino son dos idiomas muy diferentes. Nosotros tardamos años y años en adquirir un nivel aceptable de chino, y ellos necesitan años y años el adquirir un buen nivel en nuestra lengua. Habrá gente con mayor facilidad y gente que tenga más problemas para avanzar. De entrada, creo que deberíamos valorar el esfuerzo de aquellos que se aventuran a aprender una lengua tan diferente a la suya. Esto es algo que en España parece que aún no hemos asumido y que, sin embargo, en China, saben valorar mucho más. Si habéis viajado allí os habréis dado cuenta de que con tan solo un nihao (hola) que digáis, ya están alabando vuestras increíbles dotes para el mandarín.

Además, debemos tener en cuenta que, a parte de los estudiantes que vienen a nuestras universidades o cursos de español, muchos de los chinos que viven en España trabajan en tiendas o restaurantes. Tienen que sacar adelante sus negocios, y el horario laboral no les permite dedicar el tiempo que les gustaría a aprender nuestro idioma o a relacionarse con los españoles. No es que no les interese nuestro idioma o nuestra cultura, o que prefieran relacionarse con otros chinos antes que con españoles, como muchas veces se piensa.

Tengo muchos amigos y conocidos chinos y, aunque algunos de ellos son más tímidos o con un carácter más tranquilo, os aseguro que a otros muchos les encanta charla, hablar sobre sus vidas, cotillear sobre las de los demás, salir de fiesta, hacer bromas, vivir nuevas experiencias, conocer nuestra cultura… Antes de etiquetar a nadie de cerrado, hosco o serio, debemos hacer ese ejercicio de empatía que os propuse al comienzo de este punto y pensar en cómo nos sentiríamos nosotros viviendo en China bajo las circunstancias de esa persona que tenemos delante.


2. MALEDUCADOS.

Como se suele decir: maleducados hay en todas partes.

En China no se respetan las colas, la gente hace ruido durante las comidas, bostezan como leones, ponen a los niños a hacer pis en las papeleras del metro, la gente no abre los regalos delante de ti cuando se los das, algunas personas se suben en las tazas de los váteres, muchos escupen por las calles, nadie deja o acepta propinas... Pero a pesar de todas estas costumbres tan reprochables en nuestro país, tengo la convicción de que los chinos (así en general) no son maleducados.

En un hostal donde me alojé en uno de mis viajes, me encontré con un mensaje totalmente absurdo escrito en la pared (además, en español), en el que se calificaba a los chinos de "cerdos" y al país de "repugnante". Me dio vergüenza ajena leer eso, aunque la respuesta que alguien dejó en inglés al lado me pareció de lo más sagaz: "¿Así que hablar alto es maleducado, pero un grafiti racista no lo es? Bueno saberlo."



Recuerdo también muy bien el día en que comprendí este punto sobre la buena o mala educación, apenas un par de semanas después de haber llegado a China. Estaba cenando con compañeros de nacionalidades muy variadas: Polonia, Francia, Hungría, Estados Unidos, Tayikistán, España, Inglaterra, China… Durante la cena, uno de los chicos estaba acatarrado, sacó un pañuelo de su bolsillo para sonarse la nariz y, de repente, otro de los chicos se levantó de la mesa escandalizado recriminándole el que se hubiera sonado mientras todos cenábamos y le pidió que dejara de hacerlo. Otra chica se enfrentó al chico escandalizado recriminándole lo maleducado que era el que no dejara sonarse la nariz al pobre acatarrado. El acatarrado, por respeto al escandalizado, guardó el pañuelo en su bolsillo, y entonces otro chico le dijo que aquel gesto de guardar un pañuelo usado en el bolsillo era algo asqueroso. Y mientras todo esto sucedía, otra compañera pidió a todos que bajasen el tono de voz ya que era muy irrespetuoso para los demás discutir así durante una cena. Yo lo observaba todo con los ojos como platos, y entonces, como si de una revelación se tratara, entendí lo relativo que es eso de las normas de educación, de lo que es respetuoso o irrespetuoso. En aquella mesa compartida por más de 5 culturas distintas cada uno de nosotros teníamos una visión completamente diferente sobre lo que estaba sucediendo.

Desde aquel momento y desde que regresé a mi país, he intentado explicar a la gente que criticaba a otras culturas por su “falta de educación” el hecho de que no podemos juzgar mirando las cosas desde nuestra perspectiva, sino que debemos hacer un ejercicio de empatía e intentar comprender y conocer el trasfondo cultural de la otra parte antes de sacar conclusiones precipitadas.


Algo que tenemos en común españoles y chinos, es lo de pegarnos por pagar la cuenta ;)


Hace tan solo unos días, leía el librito de un profesor de mi facultad y me topé con un párrafo que exponía muy bien esto que he estado defendiendo desde aquella cena tan peculiar, donde un simple pañuelo causó tanta polémica. A modo de conclusión, comparto con vosotros estas palabras:  

“Somos excesivamente propensos a juzgar el mundo desde nuestros parámetros culturales y este etnocentrismo globalizador, esta idea de que dichos parámetros son todos universales nos impide comunicarnos con los miembros de otras culturas. […] No es que estén mal educados, es que tienen una cultura diferente, sus estereotipos son diferentes. Quien no conoce este tipo de comportamiento comunicativo propio de una cultura pierde información o la interpreta mal” 
(Principios de comunicación persuasiva, Javier de Santiago Gervós)


Continúo con el tema de lo mitos en la próxima entrada: Mitos sobre los chinos (Parte II)
¿Por qué no me contáis qué prejuicios tenéis o habéis tenido vosotros o vuestros conocidos sobre los chinos? :)

11 comentarios:

  1. Pues a mí me apetece compartir mi experiencia con los chinos, ya que creo que puede ser curiosa y enriquecedora.

    Actualmente estoy estudiando en Auckland, Nueva Zelanda, una ciudad muy multicultural y particularmente muy atractiva para estudiantes internacionales asiáticos (sobre todo chinos y surcoreanos). Todos los chinos que he conocido aquí se pueden dividir en dos categorías: los chinos occidentalizados y los chinos “chinos”.

    Los chinos occidentalizados son aquellos que llevan viviendo varios años aquí o en cualquier otro país no asiático. En resumidas cuentas, son muy parecidos a nosotros, generalmente muy simpáticos y leales.

    Los chinos “chinos” son aquellos que salen por primera vez de China para vivir en algún otro lugar, en este caso Auckland. Todos los chinos de este tipo que he conocido son muy parecidos: callados, no saludan si no se les saluda previamente, no miran a los ojos y su lenguaje corporal indica sumisión y recogimiento. Además, suelen juntarse casi exclusivamente con chinos (sólo hablan chino entre ellos) y suelen comer y comprar en restaurantes/supermercados chinos. La verdad es que, hasta el momento, me ha resultado muy difícil establecer contacto con ellos.

    También he de decir que me encanta la moda china y el estilazo que tienen para vestir.

    Un saludo!!!

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    1. ¡Hola, Pablo!
      Para empezar, muchísimas gracias por compartir aquí tu experiencia, creo que estas cosas cambian mucho de un lugar a otro y que dependen mucho del entorno, de las personas, etc... Por eso creo que lo más enriquecedor es escuchar las experiencias de los demás y compartir las nuestras con otros :)
      Es interesante lo que cuentas, creo que en el entorno universitario en el que me muevo yo sucede un poco lo mismo. Por un lado, los chinos que llevan más tiempo en España se muestran más abiertos e integrados, mientras que los de primer año o los que salen de China por primera vez, dan una impresión bastante diferente. Como cuento en mi artículo, creo que esto se debe en gran medida a la barrera lingüística, que al fin y al cabo frena mucho... Y a eso habría que sumarle la inseguridad que provoca estar en un entorno y una cultura desconocidas, que también hace que uno tienda a arrimarse a lo que conoce (en este caso, a otros chinos, tiendas chinas...) y a lo que le aporta mayor seguridad.
      De nuevo, ¡gracias por tu testimonio! Saludos :)

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  2. Muy interesante. Otra cosa que añadiría es que no hace tanto tiempo en España teníamos esas "malas" costumbres que ahora tanto recriminamos a los chinos. Además, en China se está trabajando a fondo por que la gente deje de tener estás costumbres dentro y fuera del país a través de anuncios constantes en la televisión y carteles. En cuanto a que los chinos son callados... ¡Ja! En general diría que les encanta una buena charla y que son muy curiosos y siempre quieren saber cosas del país de dónde vienes.
    Espero con ganas el siguiente artículo!
    Tere

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  3. Muy bueno. Supongo que lo de la barrera del idioma debe ser muy fuerte ya lo comprobaré dentro de 2 meses, si bien voy con mente muy abierta hay que ver llegado el momento. estoy a la espera de la Parte II ;O)

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    1. ¡Gracias, Isa Nowinski!
      Barreras hay muchas, pero si vas con la mente abierta como dices, podrás con ellas sin ningún inconveniente, te lo aseguro :) Mucha suerte y disfruta de tu viaje.

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  4. China está en un proceso de cambio y de 'civilización'. Hay que tener en cuenta que aún no hay una normalización del boom demográfico que hubo del campo a la ciudad y del desarrollo de la sociedad. Las nuevas generaciones tienen una visión más global y van adquiriendo modales occidentales. Igualmente hay cosas que son barreras culturales como eructar, y que son bien vistas en la sociedad China y otras culturas. Personalidades los hay de todos colores como aquí y a mi parecer los chinos podrían ser los latinos de Asia. Aunque sí que pueden ser más reservados.

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  5. Me ha encantado tu post! Y me siento súper identificada. Soy argentina y he vivido 11 años en Madrid. Me mudé por trabajo a Hong Kong con mi familia en octubre 2016. Hace 6 años que estudio chino pero desde q vive aquí he bajado el ritmo por el trabajo aunque mi objetivo es hacer el HSK4 este 2018. Leía tu post y es que no puede ser mas cierto. No voy a decir que aún haya veces q los ruidos al comer y el escupir no me incomoden un poco pero trato siempre de pensar que todo depende del entorno cultural en el que has crecido ..... al final quien puede decir que es lo correcto? Compruebo cada día con mis compañeros de trabajo (chinos) que son tan abiertos y sensibles como vos abierto y sensible te muestres con ellos. Doy gracias a Dios por ser privilegiada y poder vivir en una cultura tan distinta de la cual fui educada y he crecido. Siempre hay espacio para aprender y respetar algo nuevo :)

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    1. ¡Muchas gracias, Sandra Luna!
      Me alegro de que te hayas identificado con mis palabras y de que comprendas tan bien lo que explico. Sin duda, vivir fuera de donde se ha crecido, viajar o interactuar con gente de otros lugares o con otras mentalidades es lo mejor y más enriquecedor que se puede hacer en esta vida. No solo se aprende, sino que se crece como persona.
      Saludos desde España y ánimo con ese HSK4 :)

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  6. hay que partir que China es una cultura de pensadores, cuando discuten una idea o un pensamiento son muy ardorosos de defenderlo, uno piensa que se van a pelear, para luego pasado el debate ya están nuevamente entre risas, una cosa importantes es que ellos tienen una base muy solida piensan siempre en el largo plazo, por eso no se hacen problemas. como los occidentales que están reclamando de todo, el 2004 mi primer viaje pude observar hasta un choque de bicicletas entre un obrero y un dama se resolvió con una disculpa nadie ni siquiera mostró una cara de mal humor, a pesar que hubo caída al suelo pregunte a un chino, el me respondió los chinos, siempre habran accidentes pero no sera con mala intensión de causar daño, entonce no vale la pena molestarse, " la frase final del amigo así esta Bien", muchas cosas positivas iremos aprendiendo de esta gran cultura milenaria, y ellos también aprenderan de nuestras culturas,

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  7. Anónimo4/3/19

    Mi experiencia en China en los tres viajes que he hecho a este país, tengo que decir que son simpáticos muy acogedores con la gente de fuera, por supuesto trabajadores, les interesa mucho y son curiosos con los españoles, saben de nuestro país mucho más de lo que nos podemos imaginar.
    Lo negativo que yo veo allí, es que son muy clasistas con ellos mismos, están perdiendo mucho de su idiosincrasia y sobre todo tiene demasiada prisa por occidentalizarse y en eso se equivocan.
    La gente del campo me parece mucho más abierta que las de las grandes ciudades.

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    1. ¡Estoy muy de acuerdo con lo que comentas! Siempre me he encontrado con gente estupenda en China y las situaciones negativas que he vivido allí se pueden contar con los dedos de una mano.
      Por supuesto, entre los chinos hay gente de todo tipo, como sucede en cualquier lugar del mundo... ¡Tampoco podemos decir que sean todos maravillosos! :D Pero en general siempre me han tratado con mucha hospitalidad, y me duele oír comentarios negativos sobre los estudiantes o inmigrantes chinos que hay en España, ya que muchas veces no son ciertos y hacen mucho daño a este colectivo. Tengo grandes amigos chinos, y para nada son como predican estos mitos.
      Muchas gracias por tu comentario y por pasarte por el blog ;)

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