Hoy
más que una receta os traigo un pequeño truco culinario chino.
Seguro que muchos de vosotros habréis comido en algún
restaurante chino y os habréis fijado en que la carne que os sirven
está extremadamente tierna, que apenas cuesta masticarla, ya sea
pollo, cerdo o ternera.
Pues
bien, en esta entrada voy a desvelaros el secreto para que podáis
ponerlo en práctica en vuestras casas.
Es muy sencillo: el
truco está en "aterciopelar" la carne. Se trata de una
técnica que consiste en dejar la carne impregnada durante una hora
en una especie de mejunje. Una vez pasado el tiempo establecido, la
carne se puede freír en una sartén o wok y quedará lista en tan
solo unos minutos. Al tener una de capa protectora que se sella con
rapidez en el aceite caliente, la carne conservará su jugosidad y
será muy fácil de masticar.