Nunca había oído hablar de este
lugar antes de ir a Yunnan, de hecho, no hace mucho que empezó a ser un punto
turístico popular, como otros tantos de esta provincia.
Shilin, a tan solo 80 km de Kunming, es uno de los bosques de
piedra más espectaculares del mundo. Se trata de un paisaje similar al del
Torcal de Antequera (Málaga), pero con nada menos que 30.00 hectáreas más. Casi
400 km2 de
paisaje divididos en siete áreas, de las cuales dos están declaradas Patrimonio
de la Humanidad de la UNESCO.
Esta forma de relieve tan característica se conoce como karst y cuenta con más de 200
millones de años de antigüedad. Se caracteriza por rocas alargadas de todos los
tamaños que se alzan desde nuestros pies y que, al menos en Shilin, llegan a alcanzar los 50 metros de altura.
La entrada al Parque Nacional es cara. Muy cara. Cuando llegamos a
la ventanilla de venta y nos hicieron desembolsar 200 yuan (25 euros) casi nos
dio un desmayo. Los puntos de venta se encuentran algo alejados de la entrada
del parque y una vez sacados los tickets se debe coger un coche-bus que te
lleva hasta la puerta. Los chinos, muy dados a ir en masa a todas partes, se
decantan por otra posible opción: recorrer el parque en un cochecito turístico
que irá parando en los puntos de especial interés. Para eso, claro está, hay
que pagar algo más... Nosotros, no tanto por el hecho de tener que pagar más
como por la tendencia que tenemos a huir de esos grupitos turísticos, decidimos
hacer el recorrido a pie. Así, pudimos disfrutar más del paisaje y evitar
durante horas los mogollones de gente que nos rodeaban al comienzo de la
excursión.
Esa sensación de haber sido engañados con el precio aumentó al
llegar al parque y caminar por la primera zona del área. Por allí no había ni
rastro de aquellos paisajes tan increíbles que prometían las guías e imágenes
de internet. Sí, había rocas muy altas y extrañas salpicadas por todas partes,
y algún lago bonito. Pero aquello no amortizaba esos 25 euros que acabábamos de
soltar. Sin embargo, a pesar del sol y de la falta de sombras, continuamos
recorriendo el parque a pie con paciencia, deshaciéndonos de la compañía de los
ya mencionados turistas y esperando llegar a ese "Gran Bosque de
Piedra" que marcaban los planos informativos.
Y entonces fue cuando empezamos a descubrir lo bueno, y ese dolorcillo que nos había producido quitarnos de encima 200 yuan empezó a desvanecerse. La parte inicial del parque no era más que un aperitivo a todo lo que nos esperaba al otro lado del área. No hay ninguna duda: el lugar es impresionante y las vistas que ofrecen algunos de los miradores más elevados son únicas.
Y entonces fue cuando empezamos a descubrir lo bueno, y ese dolorcillo que nos había producido quitarnos de encima 200 yuan empezó a desvanecerse. La parte inicial del parque no era más que un aperitivo a todo lo que nos esperaba al otro lado del área. No hay ninguna duda: el lugar es impresionante y las vistas que ofrecen algunos de los miradores más elevados son únicas.
Lo que al principio no eran más que pedruscos salpicados aquí y
allá, se había convertido en masas de rocas gigantes, intercaladas con árboles,
que se extendían a diferentes niveles hasta donde alcanzaba nuestra vista. Roca
y verde, verde y roca. No había duda, aquello era un Bosque de Piedra. No solo
se habían cumplido las expectativas que llevábamos después de haber visto las
fotos de internet, sino que esas expectativas se habían superado con creces.
Y aún nos quedaba por recorrer otra de las zonas más
espectaculares: aquella en la que uno se cuela entre esas masas de piedra y
queda atrapado en un laberinto de subidas y bajadas del que, a pesar de la
señalización, parece imposible salir. Esta última zona puede ser de los más
angustiosa, y no apta para claustrofóbicos. Aunque uno levanta la vista y ve el
cielo, esos pasillos altos y estrechos de piedra oscura (llenos de arañas, por
cierto) dan la sensación de estar encerrado, dando vueltas sin sentido en un
lugar sin salida. En serio, no se sale de allí en 15 minutos, así que, si vais,
tomároslo con calma y no entréis si creéis que podéis agobiaros.
Recorrer el parque entero nos llevó unas 5 horas de caminata.
Después de esta última parte estábamos ya tan agotados, que decidimos hacer una
pequeña trampa y colarnos en uno de esos coches para regresar a la salida.
El condado de Shilin acoge a la etnia Yi, que habita en aldeas en los alrededores del Bosque de Piedra y que acuna
hermosas leyendas relacionadas con este paisaje. Al final de nuestro recorrido,
nos topamos con un grupo de personas de una de estas aldeas étnicas, que nos
deleitó con su música, sus danzas y sus sonrisas, en un ambiente tan animado
que casi nos echamos a bailar con ellos a pesar del cansancio que ya arrastrábamos. Un broche final perfecto para una
jornada llena de sorpresas.
Si uno se pierde ahí cómo te encuentran??!
ResponderEliminarNo es tan fácil perderse porque hay caminos asfaltados para poder pasear por toda la zona y está todo bien señalizado. Además, en esa última parte que puede resultar algo más confusa, hay cabinas con teléfonos de emergencia cada pocos metros.
EliminarEs cierto que ahí tuvimos la sensación de habernos perdido en más de un momento, porque realmente es un caos de escalones para arriba, giros, escalones para abajo, más giros... Y como no se ve nada más allá de las gigantescas rocas no es tan fácil orientarse y puede dar esa sensación de agobio de la que hablo en la entrada. Se nos hizo un poco largo ese tramo, pero es cuestión de seguir los carteles y al final se acaba saliendo sin problema.
Que bonito es Yunnan!!!!!!
ResponderEliminar--Comentario publicado en Facebook--
Sí que lo es :) La verdad es que en China, vayas a donde vayas, encuentras maravillas!
EliminarLo mejor a veces “hacerse el güiri” para poder volver gratis 😜, que bonito y buena pinta tiene, anotado
ResponderEliminar--Comentario publicado en Facebook--
¡Extacto! Jajajaja. Reconozco que no es la primera vez que lo hago... :P
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