Hace unas
semanas, en Beijing, cuando fuimos a
la Gran Muralla, me lesioné la rodilla. La Muralla tiene tramos de gran
pendiente y hay que hacer un esfuerzo muy grande al bajar por ella. Mi rodilla
no aguantó esta sobrecarga de peso y desde entonces tengo bastantes molestias
en ella.
Sin embargo, este pequeño problema me ha permitido conocer
cómo funcionan los médicos aquí en China, una experiencia que no tiene
desperdicio.
Ya me habían advertido de que ir al médico aquí era...
interesante. Por un lado, las salas de espera de los
hospitales están más concurridas que Sevilla en Semana Santa. Y no solo las
salas de espera, sino que las propias consultas se encuentran divididas en
varias secciones con unas cortinillas, lo que permite que dentro haya más de un
paciente al mismo tiempo. Además, a uno no hacen más que darle papeles y
formularios y mandarle de un lado para otro, por lo que llega un momento en el
que no se sabe bien dónde esperar o a dónde dirigirse (siempre se me ha dado mal orientarme en los hospitales). Y lo peor de todo, en China te
enchufan una bolsita de suero a la primera de cambio. Tengo pánico a estas
cosas, así que mi mayor terror cada vez que entraba en un hospital era esta
última parte.
Por otra parte, los chinos tienen una forma muy diferente de
entender la enfermedad. Según mi profe de la universidad, el tiempo lo cura
todo, así que antes de ir al médico hay que esperar, esperar y esperar. Si
después de un par de semanas te sigues encontrando mal, puedes pasarte por el
hospital. Pero si tan solo has estado enfermo durante dos días y entras en una
consulta, el médico te va mirar con cara de sorpresa.
No hay que olvidar que los médicos (y el resto de la población china)
aseguran que beber enormes cantidades de agua caliente soluciona cualquier
problema, por lo que en China casi nadie toma agua fría, ni siquiera del
tiempo. Cuando vas a visitar a alguien o entras en la oficina de algún
profesor, lo primero que hacen es ofrecerte un vasito de agua hirviendo para
que elimines las cosas malas del cuerpo. Eso, a parte de la costumbre de beber
té a todas horas y en cualquier parte, explica el hecho de que haya hervidores
de agua comunitarios hasta en el metro.
De acuerdo a esto, aquí la mayor parte de los diagnósticos
médicos son: bebe mucha agua hirviendo y todo estará bien en un par de semanas.
Hará cosa de un mes, un compañero estuvo con una especie de
gripe tremenda y decidió ir a un hospital en el centro de la ciudad, donde el
médico le recetó unas hierbas y le explicó que si bebía mucha agua hirviendo
estaría como nuevo en un par de semanas.
Poco después uno de mis amigos también se puso enfermo, con
fiebre alta, tos día y noche y un ruido terrible en el pecho al respirar.
Durante una semana estuvo tomando algún medicamento que traía de su país, pero
no notó ninguna mejoría, así que decidió pasar por el centro de salud del
campus. Al llegar allí una enfermera le colocó un aparato en la oreja y le dijo
que esperase en una salita. Cuando el médico le ordenó entrar, sin ni siquiera
auscultarle, le dijo que no se preocupase por la tos, que “de acuerdo a su oreja”
todo estaba bien y le explicó que si bebía mucha agua caliente y una especie
de brebaje oscuro que le recetó, estaría como nuevo en un par de semanas.
Varios compañeros más me contaron historias parecidas, así
que cuando tuve que ir al médico debido a mi rodilla me estaba temiendo lo
peor, con diagnósticos del tipo: de
acuerdo a tu animal del horóscopo si bebes mucha agua hirviendo aún te quedarán
un par de semanas de vida por delante.
No fue exactamente así, pero tampoco mucho mejor. Un amigo
que tiene muy buen control del idioma ofreció acompañarme, así sería más fácil
y rápido comunicarse con el médico (médica, en mi caso). Cuando entré cojeando
en la consulta, la médica, sin ni siquiera ofrecerme asiento me preguntó desde
el otro lado de su escritorio que cuál era el problema, así que le expliqué lo
que había sucedido. Entonces asomó la cabeza por detrás del ordenador, miró mi
rodilla durante 5 segundos y me dijo que no era nada grave y que podía irme
tranquila. Mi amigo, sorprendido por el hecho de que la doctora ni siquiera me
había tocado la rodilla para hacer un diagnóstico le pidió muy amablemente que
si podía mirarme un poco más a fondo o hacerme alguna radiografía. Entonces, la
médica, aún sentada detrás de su escritorio, me pidió que doblase la pierna.
Hice lo que me pedía y le expliqué que sentía mucho dolor al hacer ese
movimiento. La médica asintió y volvió a repetir que no era nada grave.
Mi amigo, indignado, volvió a insistir y le preguntó que si
al menos podría darme algo para el dolor. Tras pensarlo muy detenidamente, la
doctora me recetó una cajita con dragones rojos y parches con olor a medicina
china en el interior: “si te pones esto en la rodilla cada noche, en un
par de semanas estarás como nueva”.
Tres semanas después, la caja de los dragones rojos está
vacía, pero mi rodilla sigue igual. Descubrí que los parches estaban
impregnados en almizcle de ciervo, una sustancia producida por una glándula de
este animal que se utiliza mucho en la medicina tradicional de este país.
Al menos, yo me libré del suero... y de beber litros de agua caliente.
Hola Aida espero q tu pierna este mejorcita.lo primero muchos bss de todos.he visto tus fotos y son muy bonitas cuando vengastienes q enseñar a Ruben q anda en ello.un abrazo muy fuerte.muakkkk ya he aprendido a escribirte asiq estaremos en contancto.chao
ResponderEliminarHola, MariLuz! Muchas gracias por ver las fotos, por pasarte por aquí y por comentar. Me hace mucha ilusión recibir mensajes de los que estáis por tierras charras. No sé mucho sobre fotografía, así que poco tengo que ensañar. Pero cuando vuelva avisaré a Ruben y nos pondremos los dos a investigar más sobre el tema ;)
EliminarMuchos recuerdos y un abrazo fuerte para todos!
Ni hao
ResponderEliminarComo llevas la rodilla? que te mejores
Raquel tambien ha estado averiada de los tornillos que se le flojan en las piernas jaja
aqui deseando que te recuperes
saludos
Hola, Jesús!!! Mi rodilla está practicamente igual, no he notado mucha mejora... Ya me han contado que Raquel ha estado muy pachucha, espero que todo haya quedado en un susto y se encuentre bien. Dale un beso fuerte de mi parte y otro para María y para ti! :)
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