29 octubre 2017

Los platos chinos más misteriosos (Parte I)

Muchas veces, al ir a un restaurante chino, es inevitable sonreír al leer el menú.  Algunos de los nombres de los platos parecen sacados de libros de poesía, mientras que otros son menos afortunados y nos dan un poquito de repelús, aunque ni siquiera nos hayamos molestado en probarlos. Pero lo cierto es que no todos los platos chinos son lo que parecen... Vamos a hacer un repaso por algunos de los nombres más curiosos del menú y a descubrir cuál es la historia que se esconde tras ellos. Tal vez, la próxima vez que vayáis a un chino (de los de verdad) os animéis a salir del clásico arroz tres delicias y del cerdo agridulce.



1. Buda saltando sobre una pared ( 佛跳墙 )
El plato se encuentra a medio camino entre una sopa y un guiso y sus instrucciones de preparación son una auténtica locura, ya que hacen falta cerca de 30 ingredientes y casi tres días para que el plato esté listo. No os recito todos los materiales necesarios porque ocuparían la mitad del artículo, pero en líneas generales el plato está compuesto por diferentes tipos de carne, pescado, verduras, huevos, bambú, setas y uno de los ingredientes más controvertidos de la cocina china: aleta de tiburón. 
¿Cuál es el origen de ese nombre tan curioso? Pues a pesar de lo que indica su nombre y  de llevar casi de todo, el plato no contiene ni trocitos de Buda, ni cachos de muro. Según se cuenta, hubo un viajero durante la dinastía Qing que durante sus viajes conservaba la comida en una tinaja de barro, la cual también utilizaba para cocinar, lo que daba un gusto muy especial a sus platos. Cada vez que quería comer, el hombre encendía una fogata, colocaba la tinaja sobre el fuego y cocía todos los ingredientes. El viajero debía poseer grandes dotes culinarias, ya que un día se puso a cocinar junto a un monasterio y el olor a carne que desprendía su guiso era tan exquisito que uno de los monjes saltó por encima del muro para probar la comida. Cuando el viajero le preguntó si los monjes no tenían prohibido comer carne, este le respondió que hasta el mismísimo Buda habría saltado la pared para probar esa delicia.
Al parecer, un restaurante en Londres que prepara este plato ha conseguido introducirlo en el Libro Guinness de los Récords como "la sopa más cara del mundo".


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2. Pollo del mendigo ( 叫化鸡 )
Es el equivalente a nuestro pollo asado, aunque el método de preparación es algo más curioso... La receta consiste en envolver el pollo marinado en hojas de loto y recubrirlas con barro. Sí, sí, habéis oído bien, con barro. Se hornea, se retira el barro y a disfrutar de un delicioso plato de pollo.
¿Que de dónde viene el nombre? La historia no tiene gran misterio. Un pobre hombre que no tenia nada para llevarse a la boca, robó un pollo en una granja. A la hora de cocinarlo y al darse cuenta de que no tenía ningún recipiente donde poder contener el pollo, improvisó envolviendo el pollo en arcilla y poniéndolo al fuego. El resultado debió ser digno de una estrella Michelín, porque ha pasado a la historia y se ha convertido en uno de los platos más curiosos del país.
Lo que no ha quedado muy claro a día de hoy es de dónde era aquel famoso mendigo, ya que son varios los lugares de China que se pelean por el origen de la receta. Al parecer, mi querida Hangzhou va siendo la ciudad ganadora en esta batalla culinaria.



3. Fideos que cruzan el puente ( 过桥米线 )
Esta vez nos vamos hasta Yunnan para probar una de las muchas sopas de fideos de la gastronomía china. Lo único curioso del plato es su nombre, ya que esta sopa se cocina con unos ingredientes muy comunes: pollo o pavo, verduritas varias y fideos.
¿A qué viene eso del puente? Cuenta la historia que allá por la dinastía Qing un investigador se marchó a una pequeña isla para poder preparar con tranquilidad los exámenes imperiales. Durante el tiempo que estuvo allí aislado, su mujer cocinaba para él y todos los días cruzaba un puente que llegaba hasta la isla con el fin de hacerle llegar la comida. Sin embargo, se dio cuenta de que cuando llegaba al otro lado del largo puente, los platos ya se habían enfriado. Sin embargo, había comprobado que aquellos platos con más grasa mantenían mejor el calor. Por eso, ideó la receta perfecta para que su marido pudiese llevarse algo caliente al estómago después de tantas horas de estudio. Preparaba un caldo de pollo, dejando la grasa de la carne en la parte superior del recipiente para que actuase como aislante. En un recipiente aparte, colocaba verduras cortadas en láminas muy finas y fideos. Así, cuando cruzaba el puente, el caldo seguía caliente y solo tenía que añadir el resto de ingredientes para que se ablandasen con el calor del caldo y la sopa estuviese a la temperatura apropiada.

4. Trozos de pulmón de la pareja casada ( 夫妻肺片 )
Como su propio nombre indica, este plato está preparado a base de tierno pulmón laminado de jóvenes parejitas cruelmente asesinadas durante su luna de miel... Bueno, vale, es broma (o no). 
Si no hay crímenes de por medio, ¿de dónde viene entonces ese nombre? La receta tiene su origen en los años 30, cuando en las calles de Chengdu comenzaron a venderse platos fríos hechos a base de desperdicios de carne. Entre otras cosas, se utilizaba lengua de ternera, corazón, estómago, piel o trozos de pulmón. 
Estos platos eran muy baratos y se hicieron muy populares entre estudiantes y personas con poco poder adquisitivo. 
Había una pareja que, al poco de casarse, abrió un puesto donde vendían este tipo de platos. Sin embargo, a pesar de lo abundantes que eran estos lugares en el momento, el puesto de la pareja destacaba por encima de los demás, ya que rebanaban las piezas de casquería mejor que nadie y experimentaban añadiéndoles especias y otros ingredientes. Por ese motivo, consiguieron obtener unos resultados excelentes y sus platós de pulmón se hicieron tan famosos que acabaron siendo conocidos con ese nombre tan particular. 



5Huevos centenarios ( 松花蛋 )
A pesar del nombre, estos huevos se encuentran en perfecto estado y, de hecho, se consideran una de las grandes exquisiteces de la gastronomía china. 
¿Cómo que centenarios? Los huevos en sí no son centenarios, a diferencia de la receta, que sí que cuenta con más de 600 años de antigüedad. Para la preparación de este tentempié se utilizan huevos de pollo, pato o codorniz, que se mantienen durante semanas (o incluso meses) en un ungüento hecho a base de barro, cal, ceniza de madera, vainas de arroz y sal. Durante este tiempo, los huevos adquieren  una textura similar a la de la gelatina, un color oscuro y un olor y sabor muy característicos. Algunos dicen que huelen parecido a un queso fuerte y muchos extranjeros se niegan a probarlos asustados por su apariencia. Pero lo cierto es que este aperitivo está muy bueno (sobre todo acompañado de un poco de vinagre negro), por lo que si tenéis la oportunidad no dejéis de probarlo.
El origen de la receta se encuentra en una antigua costumbre de preservar los huevos en cal para que se mantuviesen en buen estado.


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Si os habeís quedado con ganas de más... Echadle un vistazo a la Parte II ;)

1 comentario:

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