Al noroeste de Yunnan, a orillas del enorme Lago Erhai y
bordeado por el oeste por las fabulosas montañas de Cangshan, se encuentra la
popular ciudad vieja de Dali.
La ciudad antigua en sí ha sido invadida por turistas que han transformado el atractivo natural del lugar. Aun así, es posible respirar algo de paz si se sale del centro turístico y se recorren las silenciosas y tranquilas zonas de los alrededores. Dali tiene su encanto, pero cuesta un poco encontrarlo... ¿Lo intentamos?
La ciudad antigua en sí ha sido invadida por turistas que han transformado el atractivo natural del lugar. Aun así, es posible respirar algo de paz si se sale del centro turístico y se recorren las silenciosas y tranquilas zonas de los alrededores. Dali tiene su encanto, pero cuesta un poco encontrarlo... ¿Lo intentamos?
Un poco de historia: En
el año 737 d.C. , bajo el apoyo de la dinastía Tang, se estableció en el área
del Lago Erhai el Reino de Nanzhao. Bajo este reinado se unieron todos los grupos
étnicos que hasta ese momento habían habitado la zona controlada por el Imperio
Tibetano. Fue una época muy próspera, ya que el Reino de Nanzhao controló
importantes rutas comerciales: su situación permitía introducir en China
elementos del sur asiático y llevar hasta el sur asiático mercancías de
China. Todo fue muy bien hasta que, años más tarde, Nanzhao se rebeló
contra la dinastía Tang y se alcanzó un periodo algo turbulento. Un par de
siglos después de su origen, este reino fue sustituido por el Reino de Dali,
que a su vez fue derrotado por los mongoles doscientos años más tarde. El
famoso emperador mongol Kublai Khan estableció en ese territorio una base
militar y, hasta la llegada de la dinastía Ming, la ciudad no pudo recuperar la
paz.
Lo primero que llama la atención de esta zona son
las casas, con un estilo muy particular incluso en las nuevas construcciones.
La arquitectura de Dali destaca por sus tejados negros y fachadas blancas,
decoradas con pinturas elegantísimas de aire clásico y colores
azulados y grisaceos (a juego con los atardeceres del lugar). No es el único
sitio de la zona con este estilo de casas, sino que es una característica de
todo el área, habitada por la etnia bai (principalmente).
A la ciudad antigua se accede por cualquiera de los cuatro
imponentes portones que abren paso a través de su muralla del siglo XV. La
ciudad intramuros es un entramado de calles repletas de tiendas de souvenirs
que gana encanto a medida que va cayendo la noche. Medio día es suficiente para
recorrerla. Al parecer, antes se podía pasear por la muralla, pero por lo
que nos contaron ahora el acceso está cerrado (desconozco los motivos). Una
lástima, porque nos habría gustado ver el casco antiguo desde lo alto.
Si sobra tiempo y se quiere continuar por la zona, se puede
visitar (como curiosidad) una iglesia católica de comienzos del siglo XX, que
mezcla lo bai con lo occidental y que se encuentra allí mismo, dentro del área
amurallada. Así como un pequeño museo con fotos antiguas de la historia del
lugar.
Uno de los grandes reclamos de Dali son sus "Tres
Pagodas", símbolo de la ciudad y estampa predilecta en todos los paquetes
de postales. Se encuentran colocadas en forma de triángulo junto al Templo
Chongsheng, un par de kilómetros hacia el norte de la ciudad antigua. Son
fáciles de alcanzar con un bus urbano que te deja en la misma puerta del
recinto. La pagoda principal fue construida en el siglo IX y, con sus casi
70 metros de altura, es una de las más altas de China. La entrada al parque es
excesiva: unos 15 euros, vistas bonitas, acceso al templo, pero no se puede
entrar en las pagodas. Así que dependerá de cada uno animarse o no. De
cualquier forma, son visibles desde la entrada, así como desde la ladera de las
montañas que hay tras ellas, por donde transcurren rutas interesantes.
Según cuenta la leyenda, las pagodas fueron construidas a
modo de espantapájaros para ahuyentar a los dragones que frecuentaban
la zona.
Las Tres Pagodas |
Y, por supuesto, hay que acercarse a orillas del Lago Erhai, una masa de agua gigantesca (unos 250km2) cuyo nombre significa "Lago Oreja", haciendo referencia a la forma que tiene cuando se ve desde el aire. El lago es uno de los 52 lugares de China declarados como Patrimonio de la Humanidad.
Los bai utilizan el sistema de pesca por cormoranes (ya lo vimos cuando hablamos de Yangshuo) para abastecerse de peces en este lago. La gente suele alquilar bicis para llegar hasta allí pedaleando hacia el este. Lo cierto es que nosotros lo vimos desde otro pueblo, pegándonos una buena caminata sin saber muy bien a dónde íbamos a llegar. Al sur del lago se encuentra la ciudad nueva de Dali.
Lago Erhai
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A mí Dali me creo una especie de relación amor-odio. Llegué a esta ciudad con unas expectativas bastante altas, ya que me la habían recomendado como una parada imprescindible en mi ruta por Yunnan. No obstante, la decepción fue grande, dado que hay lugares de la provincia menos sonados que, sin embargo, son mucho más merecedores del tiempo de los viajeros. Para mi gusto, la ciudad estaba demasiado transformada y enfocada a los visitantes, y acabó saturándome un poco. Por eso, después de una mañana rodeada de ganchos turísticos, decidí alejarme de Dali y explorar algunos lugares de los alrededores. Os llevaré allí en próximas entradas ;)
Por otro lado, los días que pasé allí fueron mejorados por el genial alojamiento que tuve y por la compañía de nuestros anfitriones: una pareja encantadora con la que mantuvimos conversaciones muy interesantes y que, cada mañana, nos recibían con una mesa repleta de cosas deliciosas para desayunar. Tras una pequeña confusión de hostales y reservas, acabamos alojándonos en su casa, un chalet chulísimo con unas vistazas de todo Dali, de sus montañas y hasta del lago. Además, fuimos los únicos huéspedes de la casa durante los días que pasamos allí, por lo que la tranquilidad fue absoluta.
Creo que esta parte fue lo mejor de esta parada en Yunnan y, si regresase, sería tan solo para explorar más a fondo los alrededores y hacer alguna ruta por esas montañas tan maravillosas que hay como telón de fondo.
Vistas desde la azotea de nuestro alojamiento.
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¿Una curiosidad para terminar? Dali es famoso desde hace siglos por la gran calidad de su mármol y los trabajos realizados con esta roca. Tanto es así, que la palabra "mármol" en mandarín significa literalmente "roca de Dali" (大理岩 dàliyán).
Si quiere subir a la muralla, hay que visitar la del sur de la ciudad. Solo allí hoy está abierta para los visitantes. También tiene que llegar antes de 20:30.
ResponderEliminarSí, eso habíamos oído... Pero cuando fuimos el verano pasado nos dijeron que estaba cerrada al turismo :( Tal vez en ese momento estuvieran haciendo alguna restauración o algo por el estilo y por eso no se podía acceder.
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