Jordi me recibe en Skype con una sonrisa de oreja a oreja, mucha
cercanía y con una actitud de lo más amable. Nos habla desde el campus de la universidad Huadong Zhengfa Daxue de Shanghai, donde comparte habitación con tres estudiantes coreanos.
Jordi es un chico catalán
de 22 años que tiene las ideas muy claras, ganas de absorber todo lo que el mundo ofrece y una visión de la vida muy particular. Para él lo más
importante es perseguir sus sueños, vivir como quiere, y no como
debe. Un día se dio cuenta de que su pasión es viajar y de que quiere "aprender y emprender". Lo deja claro en su blog, Hackea tu vida mientras viajas, donde vuelca sus experiencias, consejos y
reflexiones.
A comienzos del verano comenzó una de las grandes
aventuras de su vida: llegar hasta China haciendo autoestop desde Barcelona. Tras algo más de dos meses y 14 mil kilómetros de camino, lo
consiguió. Ahora, ya asentado en Shanghai y con el plan de quedarse
en Asia durante una larga temporada, nos habla sobre este largo viaje
y cómo está viviendo sus primeros meses allí.
1-
¿Por qué decidiste emprender este viaje? ¿Por qué elegiste China
(Shanghai) como destino? ¿Qué tal se vive allí?
Por
cuestiones de trabajo mis padres viajaban a China cuando yo era
pequeño y solían traerme regalos de allí. Palillos chinos, tazas con dragones... A mí estas cosas me
llamaban muchísimo la atención y las miraba como si fueran objetos
extrañísimos y misteriosos. China empezó a llamarme la atención. Con los años me puse a estudiar chino y los caracteres me fascinaron. Intenté contactar con gente de allí para practicar, e incluso hice couchsurfing y hospedé a chinos en casa. Pero me di cuenta de que para aprender chino tenía que ir a este país.
Siempre pensé que iría a China en avión, pero el año pasado hubo
diferentes motivos que me hicieron cambiar de idea (unos libros que leí, un compañero de piso que tuve..). Me dije a mí mismo
que tenía que ir a China haciendo un viaje largo, por tierra,
viajando solo, para poder encontrar respuesta a ciertas preguntas e inquietudes que
me rondaban la cabeza. Además, el llegar hasta allí de esta forma
me demostró que para conseguir algo hay muchos caminos y que el
camino fácil no es necesariamente el mejor.
En
cuanto a cómo se vive aquí, Shanghai es una de las ciudades más
pobladas del mundo. ¡Aquí viven 15 millones de personas! Nunca
había vivido en un lugar tan grande. Creo que es un buen lugar si
has venido a estudiar o trabajar, pero no creo que sea tan bueno para
asentarse o tener una vida tranquila.
Recorrido realizado por Jordi, desde Barcelona hasta Shanghai. |
2-
¿Qué es lo más importante que has aprendido a lo largo de esta
aventura?
Que
hay una llave que abre muchas puertas: el amor. Amor en el sentido de dar a los demás sin
esperar algo a cambio. En todas partes hay gente que te abre las
puertas de su casa y que te ayuda cuando lo necesitas. Hay personas
con las que apenas pasas unas horas y, cuando tienes que irte, te
despiden con un abrazo más intenso que el que puedes haberte dado nunca con un amigo de
toda la vida. Este viaje me ha hecho sentir muy humano.
3-
Has hecho este viaje solo y, cuando uno viaja solo, surgen
situaciones en las que uno se enfrenta a lo mejor y a lo peor del ser
humano. ¿Te has encontrado más de lo primero o de lo segundo?
Creo
que cuando viajas es todo mucho más intenso que cuando estas en tu
zona de confort. Cuando algo es bueno, es muy bueno y cuando algo es
malo, es muy malo. He conocido muchas más buenas personas que malas
y, de hecho, he llegado a la conclusión de que la mayor parte del mundo
es bueno. Pero sí, me he cruzado con mala gente. En algunas ciudades
grandes, como San Petersburgo, me encontré a un grupo de hombres
bebidos que se acercaron en busca de pelea. En Mongolia, en Ulán
Bator, también me pasó algo parecido una noche. En Copenhage me
robaron la mochila donde guardaba el portátil y la cámara. Puse una
denuncia y por suerte encontraron al hombre que me había robado y
pude recuperar mis cosas.
Carretera que conecta Mongolia con China (Imagen de Jordi Cos) |
4-
¿El idioma te supuso un problema en algún momento a lo largo del
trayecto?
Para
nada, no tuve ningún problema de comunicación. Algo curioso sobre
lo que he estado pensando es que me pasé 8 años estudiando inglés
en la escuela y al terminar mi nivel era muy, muy básico. En cambio,
estuve 15 días en Mongolia y con tan solo ese tiempo allí era capaz
de comunicarme con los mongoles. ¿Por qué? Porque allí nadie
hablaba mi lengua, tuve que aprender por necesidad, me veía obligado
a practicarlo y, además, lo disfrutaba.
En Rusia pase 5 días en el tren transiberiano, allí cogí una libreta y, preguntando a un ruso que hablaba algo de inglés, hice una lista con palabras y oraciones básicas. Solo con eso puedes comunicarte y la gente te entiende. Con eso y mucha gestualidad te comunicas en cualquier parte del mundo.
En Rusia pase 5 días en el tren transiberiano, allí cogí una libreta y, preguntando a un ruso que hablaba algo de inglés, hice una lista con palabras y oraciones básicas. Solo con eso puedes comunicarte y la gente te entiende. Con eso y mucha gestualidad te comunicas en cualquier parte del mundo.
En
China, tampoco he tenido problema. Aunque es verdad que, a pesar de
que estudié chino durante 3 años en Barcelona, es complicado y
muchas veces cuesta entenderse.
Foto tomada por Jordi en un mercado callejero en Beijing. |
5-
¿Repetirías la experiencia de hacer un viaje tan largo haciendo autoestop?
Sí. Me
encantaría volver a Barcelona haciendo la ruta de la seda, pasar por
Turquía, Israel, Palestina, pasar por todo el norte de África hasta
Marruecos... Este viaje ha sido una revolución para mí y no quiero
que sea la última revolución de mi vida.
6-
¿Qué consejo darías a alguien que quisiera hacer lo que tú has
hecho?
Un consejo para la gente que no se atreve a realizar este tipo de aventuras porque piensa que el mundo es muy grande y que China, por ejemplo, está muy lejos... Tened un atlas a la vista en vuestra habitación y miradlo cada día, al final el mundo se convertirá en algo común, cercano, y esa aventura os resultará mucho más posible.
Animo a cualquiera a que cumpla sus sueños, que deje cualquier cosa que no le llene completamente, que no se quede atado por lo que pensarán los demás, porque eso no lleva a ningún sitio. Se puede vivir la vida con mariposas en el estómago. Es verdad que el dinero puede limitar, pero existen muchísimas becas y recursos con los que se puede viajar con poco dinero.
Animo a cualquiera a que cumpla sus sueños, que deje cualquier cosa que no le llene completamente, que no se quede atado por lo que pensarán los demás, porque eso no lleva a ningún sitio. Se puede vivir la vida con mariposas en el estómago. Es verdad que el dinero puede limitar, pero existen muchísimas becas y recursos con los que se puede viajar con poco dinero.
7-
¿Qué es lo que más te ha gustado de la cultura china o de sus
gentes? ¿Y lo que menos?
Creo que, con diferencia, lo que más me gusta son los parques
públicos. Por la mañana hay abuelitos haciendo taichi, señoras
bailando, por la tarde gente volando cometas, niños haciendo pompas de jabón... Me fascina la
actividad y alegría que hay en los parques. Vivo justo al lado del
parque Zhongshang y cada día voy allí. Me encanta.
Lo
que menos... Creo que son pequeñeces, pero son esas cosas las que me
hacen pensar que no viviría aquí el resto de mi vida o que no
formaría aquí una familia. En primer lugar, no veo el cielo de
Shanghai. La contaminación es un problema. Por otro lado, a pesar de
que he viajado mucho, mi mentalidad sigue siendo muy europea. Mantengo
unos estándares de orden y limpieza que es difícil encontrar aquí
y eso a veces choca.
Además,
hay otro tema... La comida china me gusta mucho, ¡pero creo que aún
no estoy acostumbrado a comerla cada día! Echo de menos la comida
mediterránea, la comida de mi madre. Creo que si en la residencia
donde vivo tuviésemos cocina lo llevaría mejor. Soy bastante
cocinillas y, aunque me encantan los noodles y el arroz, me gustaría
poder cocinar de vez en cuando. Aunque esto último no lo considero un punto realmente negativo.
Foto tomada por Jordi en un mercado callejero en Beijing. |
8-¿Cuál
crees que es la diferencia más grande entre los chinos y los
españoles o al menos la que más te llama la atención?
Creo
que los chinos son
mucho más “líquidos” que nosotros. Son agua. Lo puedes ver en
la calle, fluyen mucho. Llegamos aquí con una mentalidad bastante
cuadriculada, pero solo con salir a la calle en China ves que todo
fluye. Parece
caótico, pero en realidad son como ríos que se cruzan entre ellos y
siguen su camino, sin chocar. Nosotros somos
más bien como piedras, chocamos, nos golpeamos y eso hace que surjan
conflictos. Cuando el agua choca con agua, el conflicto es menor.
Vivir aquí te enseña a fluir.
Por otro lado, en España se oye hablar muy mal sobre los chinos, que si van a quitarnos el trabajo, que si son sucios... No sé muy bien en qué se basan para decir esas cosas, pero se habla muy mal de ellos. Además la gente no se molesta en acercarse a su comunidad. Sabemos que están muy lejos de su país, pero no nos preocupamos por saber cómo están, si necesitan ayuda... No nos molestamos en saber si podemos hacer algo por ellos. Cuando un español va a China, creo que recibe una lección. En China mucha gente te ve extranjero y se preocupa por ti, te ayudan, te tienen en cuenta.
Por otro lado, en España se oye hablar muy mal sobre los chinos, que si van a quitarnos el trabajo, que si son sucios... No sé muy bien en qué se basan para decir esas cosas, pero se habla muy mal de ellos. Además la gente no se molesta en acercarse a su comunidad. Sabemos que están muy lejos de su país, pero no nos preocupamos por saber cómo están, si necesitan ayuda... No nos molestamos en saber si podemos hacer algo por ellos. Cuando un español va a China, creo que recibe una lección. En China mucha gente te ve extranjero y se preocupa por ti, te ayudan, te tienen en cuenta.
9-
Llevas poco tiempo allí, pero seguro que ya hay algo que crees que
echarás de menos cuando tengas que marcharte, ¿qué es?
Un
montón de cosas. Creo que echaré de menos cruzar las calles a lo
loco, entre una marabunta de coches y motos.
10-
¿Y echas algo de menos de España?
Había
hecho viajes antes, pero nunca había echado en falta a mi familia,
porque sabía que volvería pronto. Pero esta vez, como sé que
probablemente me quedaré unos años en Asia, les echo de menos. Me
gustaría poder cenar con mis padres, estar con mis hermanos,
escuchar a mi hermana tocando la guitarra...
Wuzhen (Imagen de Jordi Cos) |
Si te has quedado con ganas de conocer más a fondo a Jordi y su aventura, no dudes en visitar su blog: http://antropoglobo.com/
Wuzhen, no Wuzhou! :)
ResponderEliminar¡Ops, gracias! He mezclado Wuzhen con Wenzhou y así sin quererlo he cambiado la foto de provincia :D Espero que te haya gustado la entrevista. Un saludo.
EliminarMe gusto mucho la entrevista. Muy completa. Muchas gracias.
ResponderEliminarGracias a ti, Susana! Me alegro de que te haya gustado. Un saludo :)
EliminarQué suerte poder hacer este viaje, seguro que la experiencia le marcara para siempre, he disfrutado mucho leyendo el relato.
ResponderEliminarGracias por leer y comentar, Marín. Me alegra que hayas disfrutado tanto con la entrevista. Desde luego, es toda una aventura la que ha vivido Jordi! Saludos.
EliminarPor culpa de un libro me está rondando también a mí por la cabeza hacer una cosa de estas. Pero todavía no me atrevo, espero tener el valor suficiente algún día para hacerlo.
ResponderEliminarGenial entrevista, por otra parte.
¡Saludos!