31 agosto 2017

Guilin, una de las ciudades más turísticas de China

Esta vez os llevo al sur de China, a la provincia de Guanxi, que limita al suroeste con Vietnam. Vamos a visitar uno de los lugares más famosos del país: Guilin. Se trata  de una de las ciudades con más población de esta provincia y se sitúa a orillas del maravilloso río Li, en medio de un paisaje único. 
Sin embargo, a pesar de la belleza de sus alrededores y de estar en la lista de las ciudades más turísticas de China  (recibe más de 3 millones de visitantes al año), pasar allí más de un día puede convertirse en una experiencia de lo más aburrida... 



Lo que hay que ver en Guilin se ve en poco más de un día. Os recomiendo que invirtáis más tiempo en recorrer lugares de los alrededores, como Yangshuo, o en hacer una excursión a las terrazas de arroz de Longji. De hecho, el éxito de la ciudad recae precisamente en que es un buen punto de partida a la hora de realizar otras excursiones más provechosas. La mayor parte de la gente que pasa por Guilin lo hace para tomar un barco que les lleve de crucero por el río Li, por lo que pasan poco tiempo en la ciudad.

Aunque no es mucho, ni muy espectacular, hay algunas cosillas interesantes que ver en este lugar...

Colina de la Trompa del Elefante
Nosotras empezamos por la famosa Colina de la Trompa del Elefante. Recibe este nombre porque vista desde un lateral tiene la forma de un elefante bebiendo agua en el río. Algún día os contaré la leyenda que rodea a este lugar.
Desde lo alto de la colina se puede ver toda la ciudad, así como el paisaje kárstico que la rodea. Aquel día el cielo estaba totalmente cubierto de nubes y una mezcla de niebla y polución nos estropeó las vistas. 
En la colina también se encuentra la Pagoda de Samantabhadra o Pagoda Puxian, construida en el siglo XIV; así como el templo Yunfeng.





Orilla del río
En los alrededores del río es donde reside el mayor encanto de esta ciudad. Podéis empezar el paseo en la Colina del Elefante y caminar por la orilla hasta el puente Jiefang, desde donde veréis la bonita estatua de 6 caballos de bronce en plena carrera.




Pagoda del Sol y Pagoda de la Luna
Se trata de dos pagodas budistas situadas en el centro del lago Shan, uno de los más famosos de la ciudad. Las dos pagodas se elevan la una junto a la otra con una imagen muy similar, aunque una de ellas es algo más alta que la otra. Además, la Pagoda del Sol destaca por su decoración con motivos dorados, mientras que la de la Luna destaca por la decoración plateada. Algo que mucha gente no sabe es que las dos pagodas se encuentran conectadas mediante un túnel acuático que se puede recorrer durante la visita. 
Pero lo más interesante es pasear por los tranquilos parques y jardines que rodean el lago, especialmente durante la noche, ya que la zona gana en belleza cuando las pagodas se iluminan (una de azul, la otra de amarillo) y reflejan su luz en el agua.




Parque de las Siete Estrellas

Si os sobra tiempo en Guilin y sois de los que adoran perderse en los parques chinos, os recomiendo que paséis por el Parque de las Siete Estrellas. El parque recibe el nombre debido a las siete colinas que se encuentran en su interior y que recuerdan a las siete estrellas que componen la Osa Mayor. Se trata de un parque de gran extensión, lleno de árboles, puentes (uno de ellos es el más antiguo de Guilin), arroyos y las ya mencionadas colinas desde las que se pueden obtener unas vistas excelentes de la ciudad. Pero lo más curioso del parque es que hay monos saltando de árbol en árbol en libertad. Los escucharéis y con suerte incluso los veréis muy de cerca. Las ardillas tampoco faltan.




Cueva de la Flauta de Caña
Se la conoce también como el Palacio de las Artes Naturales y tiene una antigüedad de 180 millones de años. Ese nombre tan curioso se debe nada más y nada menos que a las cañas de bambú que crecen alrededor de la cueva y que tradicionalmente se han utilizado para construir flautas. 
El interior de la cueva es una maravilla natural. Sus espeleotemas han sido cargados de luces y colores, ofreciendo así un espectáculo visual que muchos consideran excesivo. 
La cueva está a las afueras de la ciudad y la entrada es algo cara, pero si se dispone de tiempo es un lugar al que merece la pena ir.




La ciudad
Viniendo de Hangzhou -con 9 millones de habitantes- o de ciudades como Shanghai -con 24 millones-, llegar a una ciudad como Guilin (donde en la zona centro no viven más de 1 millón de personas) es todo un descanso. Se trata además de una ciudad relativamente pequeña, por lo que a pesar de que no hay líneas de metro, es muy fácil de recorrer en tan solo un día. Nosotras lo hicimos a pie, cogiendo tan solo un autobús, ya por la noche, para regresar a nuestro hostal, que caía algo alejado del centro. 
Las calles son tranquilas aunque a medida que avanza la tarde se van llenando de vida, especialmente en las zonas comerciales. Las más famosas de estas zonas de ambiente son la calle peatonal Zhengyang y el mercado nocturno que se encuentra al lado. En este área encontraréis desde tiendas de ropa hasta papelerías, pasando por puestos de comida donde podréis sentaros a reponer fuerzas.


Y si estando allí da la casualidad de que os entra antojo de comida española... Pasad por esta dirección: 541000象山区滨江路66号四季春天酒店1楼. Nos llevamos la sorpresa de toparnos con El Tomillar, un restaurante español justo al ladito de la calle peatonal que os he mencionado antes. La decoración tenía poco de español, ya que La noche estrellada de Van Gogh empapelaba la pared principal del local. Y las croquetas y la tortilla que nos sirvieron no tenían nada que envidiar a las de mi abuela, pero cinco meses sin croquetas, son cinco meses sin croquetas... ;)
¿Lo más español del restaurante? Aquí os lo dejo:



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